miércoles, 8 de agosto de 2012

Metro 2033


En el mes de Julio en el club de lectura de Eloy (ya os hable de este club en “La penúltima verdad, de Philip K. Dick ) tenía que proponer la lectura de ese mes, y ansiaba leer Metro 2033, de Dmitri Glukhovsky, Editorial Timunmas desde hace tiempo.  Obra de ciencia-ficción premio Euron2007, creo, porque he estado buscando información oficial de ese año del congreso de ciencia-ficción y no la he encontrado.
El argumento nos sitúa en Moscú en el año 2033,  donde una guerra nuclear ha sesgado la vida tal como se conocía en la superficie. Las zonas bajo tierra, como los conductos del Metro ha concebido una sociedad agrupada en las estaciones. En las web de Scyla  podéis encontrar extras, de esta y de novela posterior “Metro 2034”, como el plano de la red de metro.

Hasta aquí el argumento podía tratarse de apocalíptico, pero no es así, la acción comienza cuando el protagonista Artyom recibe una misión y tiene que adentrarse por los conductos de metro para cumplirla sin saber con que peligros se encontrara, todo esto entremezclado con sueños o improntas que recibe que le van guiando de una forma extraña, en algunos casos salvándole de la muerte misteriosamente pero no a aquellos que van con él. 
La primera dificultad que he encontrado en la novela ha sido, aunque es una historia de ciencia-ficción y nada es creíble en sí, la motivación que tiene Artyom de cumplir la misión ignorando los peligros que saldrán a su paso, intuyendo las pocas posibilidades que tiene de triunfar por el simple hecho de que venga alguien y le diga ve y haz esto.  La justificación de esta idea y la forma de actuar viene incluida en el párrafo, así como el modo de acción del resto de personajes
Hay cosas que uno no quiere hacer, que ha jurado  no hacer jamás, que uno se prohíbe a sí mismo, pero que, de todos modos, acaban por hacerse.

La segunda dificultad ha sido orientarme en los conductos de metro, pese al plano, por el nombre y no tener referencias reales de los espacios que menciona en la novela, por desgracia no conozco Moscú, hasta una novela de guerra nuclear me mueve a querer conocer otras ciudades.
Kremlin


http://englishrussia.com/2010/04/12/the-post-apocalyptic-kremlin/ 
Jardín botánico Moscu, "Jardín Boticario" 

Lo bueno es que te metes en el metro (túneles) junto con el protagonista y vas poco a poco con él,  encontrándote con comunistas, fascistas, seguidores del Che, satánicos, asesinos, ladrones, sectarios, revolucionarios, y personas con influencias religiosas de lo más variopinta, etc.
Es una novela interesante para explicar corrientes políticas e ideologías así como amuletos y símbolos que representan a estos grupos. Del mismo modo que sirve para ver el poco protagonismo que se le da a la figura de la mujer en la historia, aunque sea futurista.
Cositas de esas que me llaman la atención en las novelas: la mención de otros autores como clásicos rusos, García Márquez, Borges, Wells y Vian.
Fábulas dentro de la novela para identificar la cualidad del valor 
como aquélla rana que había revuelto la leche de la jarra hasta transformarla en mantequilla
o la hormiga león para explicar la atracción de algo que conlleva un abismo al aproximarte.
Hormiga León

El final, que no me esperaba la conclusión aunque sí el desenlace, me deja con ganas de leer “Metro 2034” o “Sumerki: Crepúsculo”.




2 comentarios:

  1. A mI me gustó aunque creo que podía haber sido mejor. Para no perderme tenía que ir siguiendo el plano del metro y aún así me liaba. La continuación no está mal, yo diría que incluso mejor.

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    1. Tendré que sacar tiempo de debajo de la piedras del río para leerme Metro 2034 :) ,compartiendo contigo que podría haber sido mejor, en mi opinión porque el autor tiene ideas muy buenas de cifi dentro de la novela que luego no parece desarrollar y se centra en la historia de la humanidad.

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