miércoles, 20 de agosto de 2014

La miel y el cuchillo




La miel y el cuchillo, de Julián Ibáñez. Umbriel

En CrónicasLiterarias, Carlos Ferrán en esta entrada menciona la novela la miel y el cuchillo, aunque reseña otra del autor Julián Ibáñez

Me sonaba el autor, no de haber leído alguna novela suya, sino que en el mes de febrero le hicieron autor del mes en Protésis donde ahora habiendo leído ya la miel y el cuchillo podré disfrutar más los artículos.

Así que he comenzado por la miel y el cuchillo que fue la que se me cruzo antes en mi camino, pese a que no sé si ha sido lo correcto empezar por esa.

Al terminar la novela he sentido que el protagonista  principal, Florín, me había dado un martillazo en la cabeza. Noqueada me he quedado con este personaje.  Entre ambientes de club de alterne y partidas de cartas, él se dedica a hacer recados, sacando lo que puede y esperando a la buena suerte. Para mí, es mala la que tiene en toda la novela, pero él tiene una opinión diferente. Alguien que con su historial delictivo no este fichado ya me parece todo un triunfo.

No es un “machaca” joven y su falta de empatía, con el resto de las personas vivas, lo soluciona a base de golpe de martillo y una intuición en identificar las respuestas que a muchos nos gustaría.

Tiene coraje para llegar al final y encontrar la solución de lo que anda buscando la mujer fatal. Eso el autor lo deja resuelto. Tengo dudas de lo que pasa con el resto de personajes que tienen una aparición secundaria y se cruzan por momentos en la vida del principal, entre moneda echada a la tragaperras o paseo en coche. Eso es motivo para leer algo más.


El ambiente por donde se mueve es de un Madrid de barrios como Entrevías o Parla, de policías al acecho, de negocios sumergidos en las mafias y de malos.

¿Con cuál me recomendáis continuar?
Pimboli buscando el cuchillo en el tarro de miel

martes, 12 de agosto de 2014

El hombre inquieto



El hombre inquieto, de Henning Mankell . Editorial TusQuets

Esta novela, la número once que leo, de la Serie Wallander es sobre espionaje, submarinos, la Otan, la Guerra Fría y sobre este peculiar policía haciendo de la suyas.

Para quién no haya leído nada de este autor recomendaros esta serie. La estoy leyendo por orden de publicación, porque aunque no son lineales en el tiempo los casos y el personaje retrocede en el tiempo pudiéndose leer por separado creo que se entiende mejor al personaje. El autor hace breves resúmenes de los personajes y situaciones si aparecieron en novelas anteriores. Son lecturas ágiles.

Wallander me sigue sorprendiendo por lo contradictoriamente humanos que son sus acciones y sus sentimientos. Policía maduro con problemas con el consumo de alcohol no entiende las borracheras de ocio, pero en esta novela le suspenden del servicio porque deja su pistola en un restaurante al que ha ido a cenar y como no, siendo él, salió ebrio. Al mismo tiempo su ex mujer se somete a un tratamiento de para alcohólicos y sale nuevamente la el tema de la violencia de género, que Wallander rechaza abiertamente, pero él mismo ha sido agresor y tiene conductas machistas aunque socialmente, en su entorno, no sean vistas como tal.

En cuanto al caso que trata,  a modo particular y personal, porque son los implicados los suegros de su hija es una implicación de espías a escala mundial. Su perseverancia y sus dotes de deducción te llevan en la lectura a descubrir las pistas que tendrán lugar en el desenlace del caso. Esta misma perseverancia se enfrenta a la dejadez de no acudir al médico para saber qué  es lo que le ocurre, parece ser por miedo de descubrir un diagnóstico, aunque los síntomas se ven que le están dificultando su día a día.
Se retoma la critica sobre la reducción de presupuestos bien orientados y la decadencia en la política y en la sociedad por la falta de valores y concienciación.

Esta novela tiene datos sobre la música, literatura y la pintura; y habla sobre un situación político social que aporta conocimientos y el punto de curiosidad para poder leer y ver más cosas ajena a la novela; como averiguar qué aspecto tiene una guitarra rusa, recordar obras de Tranströmer o escuchar Una noche de julio, de José Julio Alfredo  buscando la referencia de una novela y película sueca que al final no he encontrado.
Balalaika



Otro detalle que me ha intrigado y al que no he dado respuesta, es el la peculiaridad de dejar un par de zapatos al lado de un cuerpo al que han asesinado. Recientemente había leído, El guardián invisible, de Dolores Redondo donde aparece el mismo aderezo para los asesinatos. No recuerdo más títulos de novelas, pero no es un hecho ajeno a la novela negra, por lo que me intrigo y aquí Mankell hace un comentario sobre la tradición de dejar los zapatos fuera cuando muere, he buscado información y parece ser que dejaban los zapatos fuera del ataúd para que el fallecido entrara al reino de los cielos sin lujos terrenales. 
¿Alguien sabría confirmar o desmentir este dato?