jueves, 7 de julio de 2016

El otoño del comisario Ricciardi


El otoño del comisario Ricciardi,  de Maurizio de Giovanni. Traductora: Celia Filipetto Isicato. Lumen

Es la cuarta novela de esta saga. Podéis ver anteriores entradas en:

Y entradas de otras novelas del autor en:

Sinopsis de la editorial:
El Día de Todos los Santos de 1931 se acerca y en Nápoles llueve como si el cielo quisiera acompañar la tristeza del momento. A primera hora de la mañana, sentado en los peldaños de una escalera que lleva a Capodimonte, alguien descubre el cadáver de un niño: el pequeño cuerpo permanece sentado, dignamente compuesto, y a su lado descansa un perro.Los trapos que cubren el cuerpo del chiquillo y su rostro consumido hablan por sí solos de miseria y soledad. Un investigador cualquiera habría pensado en una muerte natural por inanición, pero el comisario Ricciardi intuye que algo no encaja en las investigaciones rutinarias, y la autopsia no hace más que confirmar sus sospechas.¿Quién puede haber querido matar a una criatura sin hogar y sin bienes que repartir? Empiezan los interrogatorios, las preguntas van desfilando, y cuando todo acabe las callejuelas de Nápoles ya no serán las mismas: algo frágil y poderoso como la misericordia ronda la ciudad y se queda en las manos del lector.La serie del comisario Ricciardi fue elegida como una de las mejores del 2012, gracias a la solidez de las tramas y a la espléndida ambientación de estas novelas. Admirado por la crítica y el público italianos, y conocido ya en muchos países europeos, Maurizio de Giovanni en uno de los valores emergentes de la novela negra europea, digno compañero de Camilleri y Vázquez Montalbán.En esta cuarta entrega el ritmo de la narración se acelera, no es tan pausado y hay más de un susto que me ha mantenido en vilo hasta la última frase. ¡Hasta la última! Seguiré con las siguientes entregas.

El comisario Ricciardi esta vez  se debate entre dos mujeres; entre la que parece cada más cercana Enrica Colombo, su amor platónico, y la sofisticada Livia Lucani.

Maione y el Dr. Modo siguen apoyando al comisario Ricciardi aunque en esta vez la investigación se acerca todavía más a las pesquisas de un detective de novela que a las de un policía. El protagonista es el único que ve necesario investigar la muerte, no se sabe si accidental o no, de un niño de la calle. La pobreza se ceba con la infancia, y se describe una sociedad que no cuida a sus niños. El abuso de los adultos y el de los iguales agresivos, con el consentimiento de las instituciones, componen un escenario lúgubre y gris, como el tiempo que acompaña. La repetición de frases e ideas en determinadas escenas me han dado sensación de asfixia, me ha hecho empatizar con el ánimo de Ricciardi y su malestar general.


Un personaje secundario e interesante: el perro. El amigo fiel del niño muerto que aparece a lo largo de  toda la novela y que tiene más de una clave para dar un giro al argumento, el autor consigue crear un clima de incertidumbre que en las anteriores novelas no encontré. Así que una vez más recomendaros al autor.

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