jueves, 25 de mayo de 2017

Cuatro ojos




Sinopsis de LaCasa del Libro:

En una pequeña localidad de la Selva Negra alemana a finales de los noventa, Sascha está a punto de pasar el examen de acceso a la universidad y cree haber encontrado al amor de su vida, Julia. Todo parece posible, pero poco a poco, el presente, colmado de ilusiones y planes para el futuro, se va transformando en una pesadilla. Cuatro Ojos es una magnifica autobiografía en donde Sascha Hommer dibuja el retrato de toda una generación.

Está bien darse una vuelta por las librerías o bibliotecas porque aunque tengas un montaña de lecturas pendientes como os comento que siempre tengo, e imagino que es algo común a los lectores habituales, siempre hay una oportunidad para encontrar algo diferente, inesperado y que no estaba previsto.

En este caso me he encontrado con una novela gráfica con una narrativa sencilla, una historia en principio también es sencilla del protagonista con su dependencia a drogas variadas.

Comencé a leerlo porque me llamo la atención el título: cuatro ojos, y quizás para los que llevamos mucho tiempo gafas el dejarlo de escuchar a menudo nos hace retomar la palabra con cautela. Tenía poco tiempo ente  actividad y actividad y no quería coger un tocho que me aumente el retraso y no terminar con ninguno de los libros comenzados.

La historia usa la narración del protagonista que habla con su perro en un paseo apcible por el campo, volviendo la vista atrás en el tiempo y hablándole de un antiguo amor. Con el paso de la hojas al leerlo se va tornando el amor de la chica por una  historia de amor hacia probar sustancias y la apatía de todo lo que le rodea; describe consecuencia de la toma de sustancias continuada y también esporádica pero no recreándose. 

El lector hay veces que tiene la sensación de duplicidad, extrañeza, persecución y miedo a través de la ilustraciones, al igual que el prota, bajo los efectos de la droga que ha probado.

Deje el libro a la mitad en la estantería de la biblioteca, y le estuve dando vueltas al perro y su dueño, y si la relación romántica llegaría a buen puerto. Las dudas me hicieron que al día siguiente volviera a coger el libro y llevármelo a casa. ¡Un sopreson! Para nada era lo que esperaba.

Por un momento; tristeza por el perro y por otro; alegría porque el protagonista cuando más alejado esta de él más ha obtenido sus metas y motivaciones, objetivos y alegrías.

Ojala muchos consigan dejar abandonado eso que parece que es un fiel amigo y es el más oscuro monstruo que nos puede acechar a nuestro lado.




jueves, 11 de mayo de 2017

Leyendo, leyendo y leyendo





Sigo leyendo aunque en las últimas semanas no haya actualizado el blog. 

Sigo teniendo mi lista de lecturas eternas. Compromisos que no estoy cumpliendo por falta de tiempo aunque no de ganas, y pereza de ponerme con el ordenador a redactar lo que opino sobre lo que leo. 

Y es que en el aniversario de blog año tras año es inevitable retroceder en el tiempo y hacer un balance sobre si he conseguido los objetivos: tener referencias fáciles de localizar sobre lo que leo y transmitir un poco de ese entusiasmo que siento cuando leo. ¿Esta conseguido? No sé y es cuando el resto de cosas entonces me absorben.

Si sois seguidores u observadores pasivos, no sólo de este blog,  sino de uno o más (en diferentes redes) de mis perfiles sociales veréis que la foto tiene relación con el proyecto que comencé este año de aprender a editar mis propios vídeos; al final con mucha ayuda tengo canal de youtube AQUÍ  Estoy adentrándome en un mundo virtual desconocido y místico y también consume tiempo, porque ya veis por la foto que las recetas de cocina siguen siendo igual de sencillitas.

Los club de lecturas presenciales y virtuales se renuevan y siento que ya no sólo no sé explicar lo que tengo en la cabeza con las novelas y los personajes sino  que lo que leo yo, otros no lo entienden así.  Es como que las historias se reescriben para cada lector, y eso es misterioso pero confuso.

Sigo entrenándome para la vida, hasta el día que no sepa que termino y quizás no haya valido esfuerzo alguno, o encontrare el cartel de meta en la siguiente rotonda.

Me levanto para poder llegar. Y es cuando el engranaje de este mundo me hace que quiera desterrarme a paraíso natural… pero entonces ¿tendría conexión a Internet y podría escribir en el blog?



Sigo